viernes, 17 de septiembre de 2010

~ Sembrando Sal ~

~ Garra / Sombra ~
Sombra olisqueó al cachorro, lamiendolo con fuerza. El cachorro, inmóvil, no respiraba y Sombra comenzó a limpiarse, dispuesta a librarse del cachorro si había muerto.

Gaia había decidido.

Sombra contempló cómo Selene se levantaba, llena, sobre los árboles y, de repente, el cachorro hizo un ruido y comenzó a respirar, a moverse en busca de su madre. Sombra acercó al cachorro a su cuerpo.

Selene había decidido.

Ahora el cachorro debería demostrar cada día digno de vivir.

1 comentario:

Nim dijo...

Jesus que dramon...