Sabado de... ¿fiesta?

Si habeis ido leyendo este blog y preguntandome por la boda de mañana (por cuyos preparativos y gastos ya me he ido quejando a quien escucharme desease) sabreis que no la recibo con la mayor de las alegrías, sin entusiasmo... ni nada.

Os diré por qué:

Mientras los dos interesados principales de la boda (es decir, los novios) llevan casi tres meses demasiado ocupados casándose, los demás lo estamos pasando mal, sin que a ellos parezca importarles en lo más minimo.

Ellos se han llegado a chotear de que una de mis amigas vaya a la boda sola, porque no tiene novio. A ellos no les importa porque... ¡se casan!

Ellos están hablando de lo que cuesta aguantarse el uno al otro (cuando llevan un año y pico viviendo juntos) y de lo duro que es... delante de otros dos de mis amigos, sin que les importe que estén pasando una mala racha porque... ¡se casan!

Están hablando mucho de lo que se van a gastar en la boda, de lo mal que van, de buscar un trabajo, delante mio, que llevo ya no se cuanto buscando curro, pero no les importa porque... ¡se casan!

Llevan tres meses casandose, sin importarles lo más minimo lo que nos esté pasando a sus supuestos amigos, a los que nos decían que siempre les tendríamos ahi. No nos cogen las llamadas, ni leen nuestros emails, ni nada. Si nos los encontramos por la calle, evasivas, promesas vacias de quedar y falsas sonrisas... y nosotros a aguantar porque... ¡se casan!

No esperamos verles hasta mucho, mucho después de la boda, porque entre el viaje de novios y otras cosas van a estar ocupadisimos. Tampoco es que me importe, a estas alturas ya me da igual.

No voy a volverlos a llamar, a mandarles un email ni a preocuparme por cómo están, porque uno recolecta lo que ha sembrado, y estos han llenado el campo de desprecio e indeferencia.

Mañana voy a comer gratis y, cuando me aburra, adios muy buenas. Y si quieren algo, que me busquen... no creo que me deje encontrar.

Vivan los novios... o no...