Los novios a su llegada al restaurante, en frente de ellos con las cámaras, un montón de gente sacando fotos, pillando bebida varia de las bandejas y jalando canapés como posesos. Y es que eran las cinco y media de la tarde y aún no habíamos comido... ¡Que hambre!
El Rolls Royce que llevaba a los novios de aqui a alla, una preciosidad de coche, todo el mundo se sacó una foto con el.
Los regalitos de rigor, un abanico con bombones y un alfiler (habia lucha por los que tenian forma de libelula, a mi me toco de esos), una botellita con corbata (muy graciosa) y el puro (tabaco caca).
El postre, nos llamo la atencion las caritas psicóticas de la tarta...
La venta de la liga y la corbata, pasaron al menos doce veces donde estabamos nosotros sentados... Llegó un punto en que no sabían que hacer con los trozos sobrantes.
En resumen, la boda no estuvo mal, aunque fue larga de narices...
2 comentarios:
Decidido. Si algún día me caso, será vestido con kimono verde y dorado y daisho en el obi presto para cortar la tarta.
Yo también... una boda japonesa, que bonitooo...
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